"Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los hechos"
Jorge L.Borges

 

Con vuelo de pájaro y laboriosidad de hormiga Beatriz Negrotto se complace entretejiendo técnicas y épocas diferentes. Une y separa, copia e inventa, dibuja, raspa, frota, diluye, restringe o exalta visiones de tiempos antiguos y actuales, integrándolas en imágenes dinámicas, sorpresivas, frecuentemente memorables. Su probado oficio de dibujante, sus indagaciones acumulativas y la proyección afectiva que la une a la figuración componen la poética barroquizante de nuestra artista, inmediatamente reconocible y tan personal.

Varias memorias se unen en esta muestra de Beatriz en el Museo Nacional de Arte Decorativo. Por una parte viejos grabados de la Viena Imperial, con nostalgias de Mozart y María Antonieta, de Sissí y Francisco José, son intervenidos imaginativamente, de forma tal que la escena cobra vida nueva, el plano se hace espacio, la simetría estalla, las formas se expanden más allá de los límites del marco, el sepia se convierte en luz. El pasado se hace presente y nos envuelve: la barroca columna de la Peste en el Graben se abraza con las torres vidriadas de Buenos Aires, el bandoneón de Piazzolla trae ecos del violín de Strauss. Tiempos y espacio confluyen en un punto y desde ese punto -mente y corazón del artista- se recompone el mundo.

Otra gran parte de esta muestra está compuesta por 'citas' de objetos arquitectónicos y artísticos de nuestro Museo, tratadas con idéntica exuberancia de combinaciones. Aparecen y se entremezclan -entre otros- el pórtico ceremonial de acceso, la gran sopera de plata firmada por Germain, la romántica escultura de Polet, la vieja 'Pietá' bretona de piedra, los candelabros de la antecámara, varios jarrones de mármol y cupidos de bronce, rectas de barandas y curvas de sobrepuertas... todo un repertorio museológico convertido en torbellino de formas, ritmos y texturas que se entremezclan, se quiebran y se diluyen en rondas y abrazos sin fin.

Agradezco a Beatriz Negrotto la frescura desinhibida de esta nueva visión sobre nuestros viejos y queridos objetos patrimoniales. No sólo les confirma su riqueza intrínseca y les otorga una posibilidad complementaria de difusión y supervivencia sino que, una vez más, ratifica la vigencia de esa cadena secular que -eslabón por eslabón y huella tras huella- va construyendo el camino, felizmente interminable, de la historia del arte. http://www.microfilter.com.ar

Alberto G.Bellucci
Director del Museo Nacional de Arte Decorativo

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